lunes, 15 de febrero de 2016

j’tatic (padre) Samuel: “Soy un verdadero patriota”: Samuel Ruiz


El Papa Francisco se hincará y rezará frente a la tumba de Samuel Ruíz García, ex obispo de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México, ubicada en la Catedral de la Paz de la ciudad colonial de Chiapas. Un grupo de periodistas le hacemos un homenaje al “jtatik” (padre en lengua tseltal) que consolidó una pastoral cercana a los pobres y marginados, además de construir – junto con teólogos y obispos de Brasil, Perú, Bolivia, México…- la teología de la liberación. A reserva que se tenga el folleto impreso y digitalizado en las próximas horas, a partir de la llegada del Papa Francisco a Chiapas publicaremos en las redes sociales algunos de los los materiales redactados en homenaje a “jtatik”.
Texto: Elio Henríquez, Juan Balboa y Berenice Moreno.
Caricatura: Enrique Alfaro.
Fotografías: Carlos Martínez Suárez.
Corrección: Humberto Pérez Matus.
Producción general: Enrique Alfaro y Juan Balboa.

                                       Jtatik (padre) Samuel

                                           

                             “Soy un verdadero patriota”: Samuel Ruiz

Juan Balboa
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México. El obispo emérito de esta diócesis siempre se definió como un cristiano “patriota y mexicano”. Según él, al anunciar el evangelio de los pobres no contradecía al poder político porque la Iglesia católica mexicana “no era monolítica”, como tampoco, atajaba, el Partido Revolucionario Institucional.

A continuación algunos fragmentos de entrevistas realizadas desde los años ochenta con el entonces obispo de la sede eclesiástica de San Cristóbal de Las Casas.
–¿Cómo se define usted, señor obispo? ¿Patriota, nacionalista, cristiano…?

–Es que no puedo desligar una cosa de la otra. Si yo soy y me siento persona, miembro de una comunidad nacional a la cual pertenezco, no lo hago desligadamente de mis convicciones cristianas; no están en oposición, o por lo menos no hay oposiciones radicales, fundamentales, sino una trabazón interna. Los conflictos se presentan cuando ya hay situaciones injustas cuestionadas desde un momento concreto, pero el que yo sea cristiano me da una fundamentación mayor para ser patriota y mexicano.

–¿El anuncio del evangelio de los pobres no le trae contradicciones con el poder político?
–Evidente… Jesucristo lo planteó como una cosa que desde el principio se ve. La dinámica del poder en el mundo lleva, como dice él, un germen de dominación. Es decir, ustedes ven que quienes están al frente de los pueblos los dominan y buscan sus propios intereses. Esta dinámica como dominación está contrapuesta por una de la Iglesia, de servicio. Yo tengo poder. Me ha sido dado en el cielo y en la tierra, y con eso los mando yo a ustedes: vayan y anuncien la palabra del Señor. Es un poder diferente al político, que lo anuncia él (Jesús) como un servicio de lavarse los pies unos con otros.

“Se justifica la situación jerárquica de la Iglesia, es decir… que no son nombrados ni el papa ni los obispos de forma democrática porque se quiere asegurar a lo largo del tiempo la existencia de un servicio a la comunidad, no como resultado de un movimiento de facciones políticas que llevan ahora a éste o aquel otro al poder.”

–¿Usted ha tenido confrontaciones con gobernadores y presidentes de la República?
–No directamente… Sí hay un poder que yo ejerzo como servicio, que no confronta con otro que quiere ser conducción, o como se le quiera llamar, pero no concebido en su estructura misma como un servicio auténtico sino como una conducción, algunas veces por deterioro e inclusive en situación de corrupción que todo mundo conoce como una imposición destructiva y un control represivo de los brotes de transformación en la comunidad. Entonces las dificultades se plantean en la situación concreta, no en una discusión frontal porque ni yo exijo, y lo saben, ni ninguno de los obispos, reconocimiento de fueros o derechos determinados o de que seamos competidores de la autoridad en el momento dado y podamos lanzarnos como candidatos a gobernador del estado o cosa parecida.

“En ese sentido no puede haber una competencia directa y frontal si no es sobre las acciones concretas donde se está viendo una situación injusta. Nosotros acompañamos a la gente en el sentido de que habiendo dado una iluminación estamos de acuerdo en su lucha por una transformación y la búsqueda de los instrumentos adecuados para poder llevarla a cabo, con sus fallas y limitaciones. Nosotros acompañamos a quien está luchando por la construcción del reino de Dios…”

–¿Usted cree que la Iglesia debe participar en política?
–Primeramente te pregunto a qué le llaman política, porque generalmente cuando he escuchado esa pregunta lo hacen a no aplaudir al PRI. Pero si yo recibo en la catedral al gobernador y le toco las campanas, o a un candidato a gobernador, inclusive le preparamos por ahí un banquetito, pues eso no se llama entrar en política. Empezaríamos por definir qué entiendo por política.

“La política es preocupación activa por el bien de la comunidad. Polis –en la antigua Grecia, Estado autónomo constituido por un pequeño territorio– es la ciudad. Político es aquel relacionado con la polis, ciudad, y política sería toda actividad que tiende a construir, mejorar o también deteriorar el bien común de la comunidad humana. Eso sería en el sentido amplio… Existe también lo que llamaríamos una de la transformación de la sociedad, ya no sólo de mejorar lo que está existiendo, sino cuando llegamos a constatar que vivimos en una situación en donde la acción de la comunidad como tal es deteriorante, no solamente de ella misma sino de las estructuras de la sociedad como están funcionando. Entonces llegamos a la concepción de que es su límite y se necesita el cambio de la propia estructura. Así lo han indicado documentos pontificios desde tiempos atrás. El análisis de esta sociedad actual indica que hay estructuras de pecados, injustas, que es necesario cambiar…
“Para decirlo más chabacanamente, el problema no es el presidente que está en turno en un lugar determinado sino el caballo (la estructura) en el que está montado. Eso es lo que hay que cambiar.” (CVV).

 

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