La geografía de la trata de personas abarca la mayoría de los
estados de México pero existen puntos rojos en donde el crimen organizado
controla el negocio desde la captación de mujeres y niños hasta su explotación
sexual en urbes turísticas o de frontera como Acapulco, Cancún, Tapachula,
Tijuana, Guadalajara y Ciudad de México.
“La trata de personas constituye una de las formas más
extremas de la violencia y una de las más graves violaciones a los derechos
humanos. Es necesario reconocer su
estrecho vínculo con la violencia presente a lo largo de todo el territorio
nacional. El fenómeno síntesis de ésta es el feminicidio, el cual cobró la vida
a seis mujeres cada día durante 2014”, explica a ejecentral Mario Luis Fuentes,
catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
No es para menos. De acuerdo con investigaciones de la Cátedra Extraordinaria “Trata de personas” de la UNAM,
el crimen organizado controla en su totalidad el tráfico de humanos en
Tamaulipas, Veracruz, Estado de México, Acapulco, Puerto Vallarta y Cancún,
pero también tiene gran influencia en Tlaxcala, Ciudad de México, Puebla,
Tamaulipas, Tabasco, Veracruz, Chihuahua, Guanajuato, Querétaro, Baja
California y Nuevo León.
Según los estudios de la UNAM, las zonas más vulnerables a
ser enganchadas para el crimen de trata son aquellas “donde hay mayor pobreza,
mayor exclusión, menor acceso a la justicia, o mayor impunidad o de menos
castigo”.
Nuevamente aparecen los estados del sur-sureste del país,
Oaxaca, Guerrero y Chiapas, donde hay zonas indígenas y se puede enganchar a
mujeres, niños, hombres, homosexuales y heterosexuales con impunidad.
El doctor Mario Luis Fuentes, coordinador de la Cátedra
“Trata de personas”, asegura que mujeres y niños indígenas son presa de los
traficantes: “La niña o el niño puede ser de la zona de los Altos de Chiapas y
es llevado a Tuxtla Gutiérrez o Minatitlán para su consumo.
Ésos son dos fenómenos, sin dejar de pensar que, obviamente,
como decimos, el sur está en todas partes, hasta en las barrancas de Álvaro
Obregón o en Iztapalapa de la Ciudad de México.
El catedrático menciona los más de 28 mil desaparecidos,
según datos del gobierno federal. “¿Cuántas de estas personas no localizadas
están en fosas o en procesos de explotación? Te hablo de trata. No sabemos pero
no vamos a dejar de preguntarnos quiénes desaparecen y simplemente dejamos de
nombrarlos.”
Las legislaciones estatales
Dieciocho estados de la república no han armonizado respecto
a la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de
Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos
Delitos.
De acuerdo con el observatorio
legislativo de la Cátedra Extraordinaria “Trata de personas”, sólo 14 de
las 32 entidades del país han logrado la armonización legislativa en la
materia. Cinco lo han hecho parcialmente y 13 no la han realizado.
La falta de una legislación en los estados respecto a la
trata de personas deja vulnerables a los ciudadanos, explica el catedrático
Mario Luis Fuentes, y hace énfasis en que las proporciones alcanzadas por la
trata, el tráfico y la explotación de seres humanos, principalmente de mujeres
en edades tempranas, niñez y adolescencia, es cada vez más relevante, como una
forma de esclavitud contemporánea con fines de esclavitud o matrimonio forzado
e introducción al comercio sexual.
El observatorio legislativo asegura que la mayoría de ellas
se dedican a la captación de niñas, ya que establecen una relación de confianza
con las víctimas para atraerlas con engaños y después entregarlas a grupos de
hombres que las explotan sexualmente.
Mujeres enganchan a otras
Aunque 80% de las víctimas de trata son mujeres y niñas, la
participación femenina en los delitos de trata y explotación sexual va en
aumento, según datos de informes internacionales y nacionales.
En el país 45% de las víctimas de trata fue captado por
familiares o personas conocidas, la mayoría mujeres. El
Diagnóstico sobre la situación de trata en México, elaborado por la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), revela que adultas y menores
hondureñas fueron enganchadas por otras para entregarlas a tratantes hondureños
y mexicanos.
Esta situación fue detectada en personas originarias de
Centroamérica “enganchadas” por mujeres, en algunos casos familiares o
conocidas de las víctimas.
Los tratantes operan como una cadena horizontal de suministro
de personas en el que niñas y mujeres pasan de unas manos a otras hasta llegar
con el responsable de explotarlas. Este hecho ha sido calificado como
delincuencia organizada y atrae la tercera parte de las averiguaciones previas.
En México no se sabe cuántas mujeres han sido procesadas por
su participación en este delito. Cifras de la Procuraduría General de la
República señalan 86 sentenciados al respecto, pero se desconoce quién es del
sexo femenino.
En cambio, en el ámbito internacional, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito
(UNODC) reporta que 28% de los condenados por trata son mujeres, lo mismo
que 38% de las presentadas ante los sistemas de justicia penal por ese motivo.
En Europa, por ejemplo, la trata de personas es el delito más
común entre las mujeres, por encima de cualquier otra forma de delincuencia.
Además, el organismo internacional encontró que en 46 países de todo el mundo
ellas juegan un rol importante.
Multimedios Ámbar
Al pie del Cañón
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Texto: Juan Balboa/Gabriela Rivera
30 junio 2021.
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