Juan Balboa
Sorprende que el precandidato del Partido Revolucionario
Institucional (PRI) a la presidencia de la República, José Antonio Meade
Kuribreña, inicie su campaña interna en Chiapas, en la cabecera del municipio
indígena de San Juan Chamula, ubicada en la región de los Altos de Chiapas. La
sorpresa es mayúscula al confirmar que lo hace en una zona que vive un
conflicto agrario y político de grandes proporciones que podría desencadenar en
enfrentamientos violentos.
Queda uno estupefacto al recordar que justo en San Juan
Chamula fue asesinado, el 23 de julio del año pasado, el presidente municipal
del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Domingo López González, Tsetjol
(corta cabeza). Lo asesinaron a mansalva justo en el lugar en donde iniciará su
campaña como precandidato “Pepe Meade”, mote que se ha convertido en el grito
de campaña de los priistas.
Se habla, se dice, se comenta, se asegura que “Pepe Meade”
decidió iniciar su campaña como precandidato en Chiapas por tres factores:
Primero, quiere arrancar en donde también empezó su campaña el actual
presidente de la República, Enrique Peña Nieto, en el municipio tsotsil de San
Juan Chamula, cree que le dará buena suerte; segundo, le rogó al cansancio el
actual gobernador Manuel Velasco Coello y, finalmente, el actual senador
Roberto Albores Gleason, uno de los aspirantes a la gubernatura por el PRI, le pinto
de colores de arco iris el “ambiente de paz y tranquilidad” que se vive en
Chiapas, pero aún más, lo engañó diciéndole que el PRI chiapaneco era uno de
los más organizados que había en el país.
Nada más falso.
La situación del PRI en el estado es un desastre: Abandono de
la militancia, nula actividad política y de fortalecimiento partidista,
dirigentes dedicados a sus objetivos personales, promesas incumplidas,
corrupción y entrega del partido a las decisiones del gobernador Manuel Velasco
Coello, quien margina a los militantes probados y fieles al tricolor para
empoderar a sus hombres del PVEM.
Dos años más de lo que marcan los estatutos duró como
presidente del CDE de PRI el senador Roberto Albores Gleason.
Su trabajo al frente ha dejado mucho que desear, primero
porque inició su etapa como dirigente con un grupo alejado del trabajo
partidista, pero cercano a sus intereses personales y marginando el trabajo con
la militancia.
Poco se avanzó en los primeros dos años de su presidencia, lo
que provocó preocupación, incomodidad y molestia entre dirigentes regionales,
municipales y algunos sectores de la militancia de base, de los de a pie.
La preocupación y molestia se convirtió, en las elecciones de
julio 2015, en rechazo y encono, principalmente porque el senador Albores
Gleason dejó manos libres al gobernador Velasco Coello para que palomeara a los
candidatos del propio PRI a las presidencias municipales y el Congreso local.
La mayoría de los que fueron candidatos del PRI eran cercanos al PVEM y lejanos
al PRI. Eso sucedió en todo el estado bajo la anuencia del senador Albores. El
resultado fue que muchos priistas votaron por otro partido, entre ellos Morena.
Las elecciones fueron el parteaguas de la vida interna del
partido en el estado. Gran parte de la militancia se alejo de las decisiones de
la dirigencia estatal, paralizo su trabajo en los municipios y se dedicó a
buscar otras alternativas políticas.
A fines del 2015 concluyó el periodo de la actual dirigencia
estatal. El CEN del PRI no convocó a su renovación. La permanencia de Roberto
Albores Gleason en la presidencia del Comité Ejecutivo Estatal sólo trajo mayor
inmovilidad: La actividad interna es nula, los Comités municipales abandonados
y la militancia camina sin rumbo político claro.
Chiapas renovará en el 2018 a todos sus representantes en el
Congreso de la Unión –Senadores y Diputados-, la totalidad de los 41 diputados
del Congreso local y los alcaldes en las 122 presidencias municipales. Será
electo también al nuevo mandatario del estado que gobernará del diciembre de
2018 a diciembre del 2024.
El abandono del trabajo partidista por parte del senador
Roberto Albores Gleason provocó descontrol, malos manejos y dirigencias
municipales sin presencia política. Hay innumerables ejemplos.
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