La migración cubana por México; los
privilegios de los cubanos en EU
Los que gobernaban Estados Unidos a principios de los sesenta -John
F. Kennedy era presidente; y el temible John Edgar Hoover manejaba la
inteligencia y contrainteligencia estadounidense- decidieron que fomentando la
salida de vietnamitas, chinos y cubanos darían en el traste a los gobiernos
comunistas. Mala decisión. Vietnam le propino una paliza a Estados Unidos;
China se convirtió en la segunda potencia y Cuba sobrevivió a más de medio
siglo de hostigamiento de todo tipo, está documentado que una tres docenas de
veces intentaron matar a Fidel Castro. No lo lograron. Después de la derrota en
Vietnam, Estados Unidos desapareció la ley que fomentaba la migración porque,
decían, era violación a los derechos humanos. A China se lo quitaron antes, ya
sabían lo que venían. La ley que fomenta
la salida de cubanos a Estados Unidos se mantiene. Se llama Ley de Ajuste
Cubano. Escuche hoy miércoles 13 de enero 2016 a dos personas que ejercen el
periodismo: una de Chiapas y otro de California, Estados Unidos. Ninguno sabía
de la famosa Ley que tiene más de 50 años. Escribí mucho sobre la Ley de Ajuste
cubano y fue tema de varias conversaciones en universidades. Quiero retomar un
texto leído y discutido en la Universidad de Quintana Roo. El presidente era
Vicente Fox, pero las relaciones México-Cuba estaban en su peor momento. Ojalá
sirva para entender los privilegios que los cubanos tienen en Estados Unidos,
privilegios que acabará pronto. Recuerdo que Enrique García Cuéllar me hizo el
favor de leer el texto, quería una opinión de lo que estaba escribiendo. No
recuerdo con precisión lo que me dijo Enrique, pero fue algo así: “Buen texto,
existe aún la ley”. Me reí, le respondí, claro que existe. Es muy importante,
en ninguna foto encontraran una cubana o un cubano desnutrido.
Seminario Quintana Roo en la
frontera: los diversos rostros de la
migración.
Chetumal, Quintana Roo.
1
de marzo del 2007.
Juan Balboa
En
el siglo pasado, la frontera de México con los países del Caribe —particularmente
Belice y Cuba— fue una frontera invisible para los mexicanos en general y
cómoda para los gobiernos de la república que ostentaron el poder en nuestro
país. La república de Belice nos despertaba la curiosidad por tenerla tan cerca
y a la vez estar tan lejos a una
sociedad que hasta finales del siglo pasado sufrió el colonialismo inglés, a
diferencia de nuestra vinculación milenaria con Guatemala.
Cuba
la conocimos, primero por los vínculos culturales, en especial la música y el
espectáculo, y, posteriormente, por el triunfo de su revolución y la defensa de
la misma por uno de los presidentes mexicanos que ha logrado trascender en la
historia del país: Lázaro Cárdenas.
Pero fueron casi siempre fronteras fáciles
o convenientes.
De
repente la redescubrimos. En un abrir y cerrar de ojos la ubicamos muy cerca de
los mexicanos. Pareciera que un sunami la hubiese impulsado y ubicado justo al
lado de México. De la noche a la mañana ahí estaba, era nuestra frontera con el
Caribe, pero desde luego ya no es una frontera cómoda.
Los
últimos dos sexenios, en especial el de Vicente Fox, colocaron a México en una
posición geopolítica complicada en el contexto mundial; grave en su relación diplomático-política con
los países de América Latina, pero la complicación se agudiza, sobre todo,
debido a la complacencia de Fox con el gobierno de George Bush, lo que generó
una situación de enfrentamiento y alejamiento con Cuba. Uno de sus saldos es el
aumento desmedido de la migración cubana por territorio mexicano, un fenómeno
que apenas inicia y no imaginamos su magnitud en un periodo relativamente
corto.
La migración cubana a Estados Unidos
Los
primeros días del mes de enero de 1959 cayó el gobierno de Fulgencio Batista, y
toma el poder el Movimiento Revolucionario 26 de Julio y el Ejército Rebelde
encabezado por Fidel Castro. Cinco años después, se inicia la historia de las
migraciones masivas de cubanos a Estados Unidos, al dar refugio, el país del
norte, a unos tres mil ciudadanos cubanos vinculados con el gobierno derrocado.
Esta primera oleada de inmigrantes fue conocida como “los refugiados de
Camarioca”.
Paralelamente se iniciaron los llamados “vuelos de la libertad”.
Estados Unidos institucionalizó la migración
de los cubanos al aprobar el Congreso estadounidense el 2 de noviembre de
1966 la Ley Pública 89-732,
conocida comúnmente en español como la “Ley de Ajuste Cubano”, la cual permite
al Fiscal General, a su discreción y conforme a las regulaciones que él pudiera
prescribir, ajustar el status inmigratorio que tenían los refugiados cubanos
que se encontraban en los Estados Unidos al de residentes permanentes.
La
“Ley de Ajuste Cubano”, vigente hasta nuestros días, es simplemente el facilitador
legal para los cubanos que hayan sido admitidos o puestos bajo libertad
condicional (bajo palabra) y así ajustar su status de inmigrantes al de residentes
permanentes. La ley legalizó lo que ya venía ocurriendo en términos de
privilegiar a la migración ilegal cubana, dándole un carácter de refugiados y
de esa forma alentando el éxodo hacia Estados Unidos. Esta fue una práctica
extendida en la época de la guerra fría contra los países considerados
comunistas.
La
incongruente y arbitraria política migratoria aplicada por los Estados Unidos
contra Cuba ha provocado, desde 1965, tres grandes oleadas migratorias:
Camarioca, 1965; Mariel, en 1980, y la denominada “crisis de los balseros”, en
1994.
Los
mayores éxodos de cubanos a los Estados Unidos se pueden dividir en seis
etapas: la primera ola de unos 270 mil cubanos llega al país del norte
inmediatamente después de la revolución y de la conocida como “Crisis de los
Misiles Cubanos” de 1959 a
1964. La segunda, de unos 300 mil
cubanos, llegó durante los llamados “vuelos de la libertad” de 1965 a 1973. Este segundo
grupo era económicamente menos privilegiado que el primero. Lo componían
trabajadores técnicos, obreros manuales y menos profesionistas.
La
quinta etapa registra pocas salidas a Estados Unidos. Los que llegaron entre 1981 a 1989 eran adultos, en
su mayoría que habían nacido con la revolución cubana. Finalmente, el sexto
grupo se compone de aquellos que vinieron a los Estados Unidos entre 1990 y 2000,
después de la caída del bloque soviético en 1989.
En este bloque sobresalen la
llamada crisis de los balseros (1994), el último de los éxodos masivos de Cuba
a Estados Unidos, el éxodo que provocó que Estados Unidos cambiara la política preferencial de puertas
abiertas a los inmigrantes cubanos, estableciéndose en su lugar la política de
“pies mojados/pies secos”, con esto se entiende que los cubanos
que encuentren en alta mar son regresados a la isla, mientras que a aquellos
que pisan tierra, se les concede asilo.
La
política de pies mojados/pies secos provocó que nuestro país fuera visto por la
migración cubana como el paraíso terrenal. Esta nueva realidad coincide con la
llegada del gobierno derechista del presidente Vicente Fox. De la mano de Fox
arriba a la Secretaría de Relaciones Exteriores Jorge Castañeda, un hombre
transformado en un opositor radical al régimen de Castro, al que en algún
momento apoyó.
Desde
un principio, el gobierno foxista politizó la migración cubana. El parte aguas
de la migración masiva que hoy se registra en México se inicia cuando Castañeda
asegura en una reunión en Miami con poderosos exiliados cubanos, que las
puertas de México están abiertas a todos los cubanos, y hace una crítica a la
dictadura la isla. Días después la embajada de México en la Habana fue asaltada por
isleños que pedían asilo a nuestro país.
Si
bien ya existían registros en los ochenta y noventa de la migración ilegal
cubana por el territorio mexicano, principalmente en la frontera que comparten
el estado mexicano de Chiapas con el departamento guatemalteco de San Marcos,
el régimen de Vicente Fox y la política norteamericana de pies secos/pies
mojados, alentaron las salidas de cubanos hacia territorio mexicanos.
Saber
a ciencia cierta el número de cubanos que atraviesan diariamente territorio
mexicano es casi como intentar callar a Vicente Fox en su perorata
internacional. El último dato oficial que se conoce lo dio a conocer Lauro
López Sánchez, ex comisionado del Instituto Nacional Migración (INM) y ex
subsecretario de Gobernación, quien confirmó que en el 2005 unos 13 mil cubanos
lograron atravesar el territorio nacional para pedir asilo en Estados Unidos, y
otros 500 caribeños fueron retenidos en estados mexicanos y repatriados a Cuba.
Datos
extraoficiales de los Estados Unidos señalan que por lo menos unos dos mil
cubanos utilizan cada mes el territorio mexicano para acogerse a la famosa ley
de Ajuste Cubano. Por lógica, los intentos en balsa por llegar a la Florida han disminuido.
El
Instituto Nacional de Migración ha registrado en los últimos años incrementos
importantes de cubanos que han recalado en las costas de Quintana Roo, Yucatán
y Campeche, pero también existe un aumento en los ilegales de la isla que
atraviesan caminando la frontera que comparten México y Guatemala. Autoridades
migratorias del sexenio foxista expresaron en algunas ocasiones su preocupación
por el aumento de llegadas de ciudadanos de la isla, al grado de señalar que en
el futuro inmediato podría convertirse en un problema de seguridad nacional.
En
el año fiscal de Estados Unidos del 2006, —desde el 1 de octubre del 2005 al pasado
30 de septiembre—, más de 700 cubanos llegaron a Puerto Rico vía marítima, de
los cuales 87 fueron enviados a República Dominicana, según datos de la Patrulla Fronteriza.
Unos
mil cubanos indocumentados han sido detenidos en México (coincide con los datos
oficiales mexicanos de detenciones), en su mayoría tras viajar en embarcaciones
desde Cuba, mientras que 347 cubanos han viajado por mar a Honduras con el fin
de llegar a México y buscar luego refugio en territorio estadounidense. No se
conocen cifras oficiales del gobierno de Estados Unidos, del número de cubanos
que son aceptados cada año en la frontera común con México.
Pagan
unos 5 mil dólares a una red de traficantes de personas con sede en Miami,
Florida, la misma red, según datos obtenidos en el Instituto Nacional de
Migración, que controla también cuatro rutas: dos en la frontera de Chiapas
y Tabasco con Guatemala; una más en la
frontera de Quintana Roo con Belice y una cuarta en el estado de Yucatán.
Todas
las rutas de los traficantes de ilegales cubanos o de familiares de éstos,
prefieren la ruta del Golfo de México. Es tan fácil el traslado que existen
entre Quintan Roo y Tamaulipas, o entre Chiapas y Tamaulipas, hoteles que han
sido anunciados en Internet para brindar alojamiento en la ruta hacia los
Estados Unidos. En la frontera de Reynosa, Tamaulipas, el ciudadano de la isla
solo tiene que caminar unos 100
metros , poner una moneda, poner los pies en un centímetro
del territorio norteamericano y gritar que es cubano para que las autoridades
no sólo no le impidan el paso, sino que le proporcionen seguridad, sustento y
la residencia permanente.
El
gobierno de Vicente Fox no sólo alentó la llegada de cubanos a México en su
afán de “ayudar a la democratización” de la isla, sino que también resistió a
lograr un acuerdo migratorio entre los dos gobiernos para ordenar la
repatriación.
La
emigración cubana ilegal hacia México aumentó de forma alarmante desde el
segundo año del gobierno del presidente Vicente Fox, justo cuando las
relaciones diplomáticas entre México y Cuba empezaron a convulsionarse y el
gobierno mexicano politizó las conversaciones entre ambas naciones para lograr
la repatriación de cubanos que llegaban a territorio mexicano.
La
falta de un acuerdo migratorio entre los gobiernos de México y Cuba, estimuló
en los últimos ocho años la migración masiva de ciudadanos de la isla por el
territorio mexicano. La administración del presidente Vicente Fox rechazó
firmar un acuerdo migratorio con el gobierno de la isla, argumentando que la
migración cubana estaba controlada y su objetivo era Estados Unidos. Hoy, la
migración cubana ya empieza a ser considerada como un problema de seguridad
nacional, primordialmente por la amenaza de un futuro éxodo masivo al
territorio nacional.
Si
con Vicente Fox fue difícil lograr un acuerdo migratorio para controlar la
migración de ciudadanos de la isla por territorio mexicano, con el gobierno de Felipe
Calderón esto será un esfuerzo de titanes. Con Cecilia Romero Castillo al
frente del Instituto Nacional de Migración las posibilidades de lograr un
acuerdo migratorio entre México y Cuba para detener la ola migratoria de
cubanos no es tarea fácil.
La
nueva comisionada de migración del gobierno de Felipe Calderón fue durante los
seis años del gobierno foxista la principal promotora de campañas anticastristas
en México, y una de las impulsoras de los movimientos de exiliados cubanos en
Miami.
Las
relaciones fraternas de la ex senadora con el exilio llegaron al extremo de
impulsar una campaña de “adopción” de presos políticos cubanos, la cual
consistía en provocar que su “situación
infrahumana cambie dentro de las prisiones de la isla caribeña”.
La legisladora prometió ayudar “ampliamente en todo
lo que esté a mi alcance para lograr mejorar las condiciones de los prisioneros
políticos y tratar de forzar al régimen de la Habana para que termine la conocida cadena de
violaciones de Derechos Humanos que comete a diario y de forma arbitraria”.
Cada
verano se escucha en los Estados Unidos esta frase: “Mares en calma presagian
temporada de balseros". Hoy, desde luego, la misma frase se ha acuñado
para México. La migración cubana por nuestro territorio ha puesto en alerta al
gobierno federal, al grado que realizan preparativos y aplicación de medidas
para prevenir un eventual éxodo masivo de cubanos, principalmente a la muerte
de Fidel Castro.
México
teme una ola migratoria de cubanos por su territorio, pero también en Estados
Unidos hay preocupación. Los dos países podrían iniciar patrullajes conjuntos
en los litorales de México y el Caribe. El gobierno norteamericano presiona
para reforzar el patrullaje en el mar caribeño con el pretexto de un posible
éxodo cubano y el argumento hueco de la amenaza reciente de Al Qaeda de atacar
las zonas petroleras de nuestro país.
Todo indica que lo lograrán. El viernes pasado, Canadá, Estados Unidos y México acordaron en Ottawa consolidar en un corto tiempo "fronteras seguras e inteligentes". Al término de la segunda reunión ministerial de
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