Ciudad de México, 2mayo2015.- La empresa Demos, Desarrollo de Medios,
S. A. de C. V. es la empresa editora del diario La Jornada. Es única en su tipo
en toda la América Latina.
Su capital social está constituido, desde su nacimiento, por dos tipos
de acciones: ordinarias y preferentes.
Las primeras son propiedad de todos aquellos que participaban en el
inició de su nacimiento en la elaboración editorial y administrativa del periódico
(periodistas, escritores, investigadores, trabajadores de administración,
etcétera), y tienen voto pleno en la Asamblea General Ordinaria anual para
nombrar a los máximos directivos del diario, vigilar las finanzas y decidir la
política editorial.
Todos –actualmente unos 140, de los cuales viven unos 60 socios
fundadores- son dueños del periódico y tienen el mismo capital. Todos son
iguales en la Asamblea de Accionistas. Ninguno de los accionistas ha recibido,
en los 30 años de existencia de La Jornada, ningún dividendo por los beneficios
obtenidos por la sociedad.
Los segundos poseedores de las acciones (preferentes), son aquellos inversionistas
que con ánimo solidario -una gran mayoría artistas plásticos, cineastas,
actores, escritores y miles de personas de la sociedad civil- aportaron capital
para la consolidación del diario.
Estos inversionistas tienen voto limitado y las prerrogativas que les
concede la Ley de Sociedades Mercantiles. Es importante insistir en que la empresa
editora de La Jornada no es una cooperativa, es una sociedad anónima de capital
variable, con características particulares en el mercado de medios de
comunicación en todos los países de América Latina, en la cual sus verdaderos
dueños son los propios trabajadores –columnistas, articulistas, reporteros,
fotógrafos, caricaturistas, mesa y personal administrativo- o muchos que fueron
sus trabajadores y actualmente trabajan en otros medios de comunicación.
Insisto, en Demos, Desarrollo de Medios, S. A. de C.V. ningún
accionista puede tener una proporción mayor ni menor del capital social que los
demás en las acciones comunes: los 140 trabajadores portadores actuales de las
acciones comunes -desde la directora general hasta algún trabajador de
producción o administración- tienen el mismo número de acciones.
La Jornada nació en 1984 como una empresa de comunicación no
subordinada a intereses políticos particulares (oficiales o partidarios), ni a
intereses empresariales. En el diario no existieron socios mayoritarios ni
dineros gubernamentales o empresariales.
Desde sus inicios La Jornada centro su visión empresarial como una empresa
eficiente y democrática, regida por criterios de rentabilidad y productividad,
lo que le permitió independencia en su producción editorial y finanzas sanas. Fue
la única empresa editorial que en sus primeros 15 años no mantuvo deudas con ningún
grupo financiero, bancos y, mucho menos,
con el Estado.
Quisiera dar un reconocimiento público al trabajo de dos grandes
periodistas y escritores que fueron el cerebro de ésta empresa peculiar de la
América Latina: El entrañable periodista hidalguense Miguel Ángel Granados
Chapa y el escritor quintanarroense Héctor Aguilar Camín.
Treinta años después, mayo del 2015, el panorama financiero es
radicalmente diferente. Su crecimiento empresarial en sus primeros años fue paulatino,
pero sólido en el crecimiento de sus activos y sin deuda alguna. Por ejemplo,
no había el despilfarro de gastos y excesivos sueldos que ahora hay entre los altos
y medios funcionarios que tienen a su cargo la edición del periódico.
Demos, Desarrollo de Medios, S. A. de C.V. tiene una empresa en donde
se imprime el periódico: IMSA: Imprenta de Medios S. A. de C.V., así como
varias filiales en estados de la república, filiales que hoy en día son la
crítica de los trabajadores y socios porque sus dueños son un pequeño grupo de
funcionarios que actualmente tienen a su cargo la producción editorial del
periódico. CVV.
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