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La carrera hacia las presidenciales de 2024: Claudia Sheinbaum se sitúa como favorita
La jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, supera
al canciller Marcelo Ebrard en intención de voto, pero empata con él entre los
simpatizantes de Morena ante una posible postulación a las presidenciales
Ciudad de México.- Las elecciones del 6 de junio no son un
epílogo, sino un comienzo. La votación en la que los mexicanos renovarán la
Cámara de Diputados, los gobiernos de casi la mitad de los Estados y miles de
cargos locales fijan el horizonte para la cita más importante: la carrera hacia
2024.
Todos los ojos están ya puestos en los comicios
presidenciales pese a que a Andrés Manuel López Obrador aún le quedan tres años
en el cargo. La oposición, desarticulada y sin un rumbo claro, no tiene por el
momento ningún liderazgo fuerte y el próximo candidato de Morena partirá como
favorito.
El nombre depende de la designación directa del mandatario y
entre los dos posibles aspirantes que más suenan, la jefa de Gobierno de Ciudad
de México, Claudia Sheinbaum, gana por la mínima al secretario de Relaciones
Exteriores, Marcelo Ebrard.
Un estudio de SIMO Consulting para EL PAÍS sitúa a la
alcaldesa, la política con más proyección en México, a la cabeza de la disputa
de 2024.
Entre la población general, un 23% la prefiere como candidata
a la Presidencia de la República de la formación oficialista frente a un 20%
que se decanta por el canciller.
El tercer dirigente, también presente en todos los debates
sobre las próximas elecciones, es Ricardo Monreal, veterano político encargado,
como coordinador de los senadores de Morena, de plasmar las voluntades de López
Obrador en el Congreso y convertirlas en leyes.
Sin embargo, hay un elevado porcentaje de votantes, un 43%,
que todavía no tiene clara su opción y que no ha contestado a esta pregunta de
la encuesta.
El escenario que arrojan los simpatizantes de la formación al
ser preguntados por su aspirante favorito es más incierto todavía. Sheinbaum y
Ebrard empatan con un 28% de las preferencias y Monreal recoge el 13% de las
simpatías.
Entre los mexicanos más próximos a Morena, no obstante, se
reduce el número de votantes que obvia la cuestión: un 28%.
Tanto la jefa de Gobierno de Ciudad de México como el
secretario de Relaciones Exteriores son dos políticos fieles al presidente.
La primera simboliza a una generación de representantes
públicas que, como la regidora de Bogotá, Claudia López, por primera vez
administran las capitales de sus países. Discreta, más prudente que el
mandatario en la gestión de la emergencia sanitaria de la covid-19, Sheinbaum
está afrontando estos días el momento más delicado de su gestión.
El derrumbe en la Línea 12 del metro, en el que hace dos
semanas fallecieron 26 personas, expuso la sombra de la corrupción y puso en la
mira las políticas de los gobernantes locales. Hasta Morena buscó un culpable y
planteó impulsar el desafuero del exregidor y hoy senador opositor Miguel Ángel
Mancera, del PRD.
La encuesta de SIMO Consulting se realizó justo después del
accidente y en medio de la crisis, entre el 10 y el 14 de mayo, y pese a ello
la alcaldesa mantiene una buena perspectiva.
Ebrard también fue alcalde de la capital entre 2006 y 2012,
cuando se inauguró la Línea 12, en su momento símbolo y orgullo de las
infraestructuras de las Administraciones de la izquierda.
El canciller, quien afirmó que se pone a disposición de las
autoridades, es una figura de primer orden en el Gobierno de López Obrador.
Desde la Secretaría de Exteriores no solo es el responsable de pilotar las
decisiones en materia de migración y las relaciones bilaterales con Estados
Unidos, sino que a principios de año impulsó una estrategia diplomática que es
la columna vertebral de la campaña de vacunación contra el coronavirus.
Los dos tienen una larga trayectoria política, principalmente
vinculada al PRD y en el caso del canciller también al PRI y a Movimiento Ciudadano.
A pesar de que Ebrard, con un 60%, es más conocido que Sheinbaum, que cuenta
con un 51%, y que ambos mantienen una valoración netamente positiva entre el
electorado que los conoce, la segunda obtiene un saldo mucho más positivo que
el primero (+21 puntos positivos, en lugar de +9).
La fama entre los votantes, sin embargo, tampoco juega a
favor del candidato con mayor grado de reconocimiento. Ricardo Anaya, que fue
candidato del PAN en 2018, cuenta con el peor saldo de la tabla y registra una
opinión negativa de 17 puntos para el conjunto de la ciudadanía.
Aun así, es la figura de la oposición que más opciones tiene
entre Alfredo del Mazo, gobernador del Estado de México, del PRI; Enrique
Alfaro, gobernador de Jalisco, de Movimiento Ciudadano; y el polémico
empresario Ricardo Salinas Pliego como hipotético candidato independiente.
La carrera está lejos de definirse
Los datos de popularidad son importantes porque se traducen
en intención de voto. Cuando a los electores potenciales se les plantea una hipotética
elección con Ebrard como candidato de Morena y si ese escenario se compara con
otra en la que Sheinbaum ocuparía dicha plaza, la segunda obtiene un resultado
sensiblemente mejor al primero.
En cualquier caso, ambos dominan la elección, y en ambos hipótesis
existe un sustancial porcentaje de voto indeciso o ausente, pero incluso esta
franja se reduce ligeramente cuando la mandataria capitalina es la que compite.
La última palabra, además, le corresponde al presidente, que
la semana pasada afirmó que se opone a una reelección, pero ya sentó la base
para que ese se convierta en un tema de debate pese a no estar contemplado por
la Constitución. “Voy a decir otra cosa que les va a molestar mucho a los
conservadores, a mis adversarios.
“Reelíjase, reelíjase.” Les decía: No, ¿que no ven que ya
estoy chocheando y que además soy partidario de la no reelección, soy
maderista? Ya hasta el 24 y me jubilo”, dijo López Obrador. Ya se comprometió a
ello por carta en 2019.
Mientras tanto, ni Sheinbaum ni Ebrard ni Monreal quieren oír
hablar de elecciones presidenciales a la espera de que el mandatario les dé el
visto bueno para empezar a moverse y calibrar la aceptación de la sociedad.
Seguramente no ocurrirá antes del próximo año. Aún es pronto
y la carrera se juega en el largo plazo. Pero ya hay una terna de posibles
nombres y, salvo sorpresas o que la oposición logre recomponerse con un
liderazgo fuerte, el candidato de Morena será quien domine la intención de
voto.
Contenido: El País.
Multimedios Ámbar.
Runrún.
Juan Balboa
19 mayo 2021.
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