Juan Balboa
Andrés
Manuel López Obrador, presidente electo de México, está obligado a normar con
justeza la publicidad oficial y terminar con la famosa Ley Chayote. El
colectivo #MediosLibres le han solicitado al nuevo presidente y a los próximos legisladores derogar la Ley
Chayote, la cual está impugnada en la Suprema Corte de Justicia de la Nación
(SCJN).
El mismo
senador electo de Morena en la Ciudad de México y uno de los más influyentes
dentro del partido morenista, Martí Batres, ha dicho que la reducción al gasto
de publicidad anunciado por López Obrador debe estar acompañada de los nuevos
criterios de asignación que establezca la siguiente legislatura
La
Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH) han expresado su interés en el asunto, especialmente
después de que el Senado de la República aprobó, en el primer semestre, la Ley
General de Comunicación Social (también conocida como la Ley del Chayote), que
permite, entre otras cosas, que la Secretaría de Gobernación regule y
administre el gasto en publicidad gubernamental.
El Chayote, el soborno de los
periodistas
Desde el
gobierno del presidente de México Adolfo López Mateos (1958-1964), el nombre de
la fruta chayote - es una cucurbitácea cuyo fruto es de amplio uso como
hortaliza- empezó acuñarse como un término coloquial para nombrar a la
corrupción –sobornos aceptados- entre los periodistas mexicanos.
Organizaciones
de defensa de los derechos de los periodistas, centros de investigación de derechos
a la información, activistas y periodistas no tienen duda de que la cosecha del
“Chayote” es ahora más productivo entre el gremio pero la forma en que se
obtiene se ha estilizado.
Todos
coinciden en que la corrupción (Chayote) entre los periodistas persiste en la
mayor parte de México, incluyendo el soborno a periodistas mal pagados para
influir en su producción editorial, así como otros pagos supuestamente
efectuados a editores, propietarios y publicistas.
El informe "Comprando
complacencia: publicidad oficial y censura indirecta en México" del Centro de Análisis e investigación, Fundar, y
la oficina para México y América Central de Articulo 19, destaca que los
reporteros mexicanos se enfrentan a sueldos miserables, a la inseguridad en el
empleo, puestos competidos, violaciones
de las disposiciones laborales, y una amplia gama de riesgos físicos que pueden
culminar en asesinato.
Y dan un
dato demoledor: “Los periodistas que están empezando sus carreras pueden
esperar un sueldo de 3,000 a 4,000 pesos mensuales (de 226 a 300 dólares)”. En
Oaxaca los periodistas se les paga de 30 a 40 pesos (de 2,5 a 3 dólares) por
cada artículo publicado.
Los bajos
salarios hacen vulnerables a los trabajadores de los medios de comunicación y,
en su mayoría, deben buscar un segundo empleo; son presas de la corrupción (El
Chayo) y optan por soluciones menos legales y éticas; pero sobre todo buscan
alternativas para enmascarar las dádivas que reciben por parte de los gobiernos
municipal, estatal y nacional.
Los
representantes de Fundar, Artículo 19, la Casa de los Derechos de los Periodistas
y Sala de Prensa, en entrevista, hacen la radiografía de las nuevas formas de
corrupción o ayuda estatal que corrompe al gremio periodístico:
“Algunos
reciben un nombramiento oficial como asesores del gobierno para justificar los
pagos mensuales que se les han realizado; los reporteros cubren un evento
oficial, publican el artículo, y luego buscan al funcionario para recibir el
pago por su cobertura; se entrega publicidad a periodistas con proyectos
“independientes” y empresas relacionadas con funcionarios públicos.
Compra de
espacios en empresas de radio y televisión para canalizar supuestos espacios
publicitarios del gobierno a periodistas y encubrir el soborno; proliferan los
diarios digitales en Internet, la mayoría es propiedad de los periodistas, para
canalizar a través del portal la publicidad oficial.
Dentro de la
información que publica la Dirección de Normatividad de Comunicación del
gobierno de México www.normatividaddecomunicacion.gob.mx),
destacan los pagos “oficiales y legales” efectuados a varios periodistas de
diferentes medios nacionales.
Hace poco se
dio a conocer una lista de varios periodistas que aparecen en los gastos de
publicidad del gobierno federal, la mayoría periodistas conocidos y cuya
supuesta publicidad aparecen ¡como transferencias directas.
Algunos
periodistas además tienen sus propios sitios de noticias, justamente, por la
influencia que tienen. Algo así está pasando con las redes sociales, por
ejemplo: Un perfil con influencia puede ser considerado un medio de
comunicación por sí mismo, o al menos tiene ese potencial, por el público al
que puede llegar cuando tiene muchos seguidores.
De acuerdo
al Informe sobre la Ejecución de los Programas y las Campañas de Comunicación
Social del Gobierno de la República de México, tan sólo la Secretaria del
Trabajo y Previsión Social pagó, en el 2013, a los conductores del programa de
“Tercer Grado” (de la poderosa empresa Televisa) la cantidad de 9 millones de
pesos ( Casi 800 mil dólares).
La mayoría
de los periodistas que reciben El Chayo son propietarios de diarios digitales o
programas de radio en la Ciudad de México. Varios de estos portales además de
recibir propaganda del gobierno federal, también tienen propaganda del gobierno
de la Ciudad de México y el partido oficialista, el Partido Revolucionario
Institucional (PRI).
Es
importante destacar que la mayoría de los hogares en México dependen de la
radio y la televisión para obtener noticias e información diaria. El 93% de los
hogares mexicanos tiene un televisor y acceso a la televisión abierta.
Sólo el 45%
tiene acceso a la televisión de pago. El mercado de la televisión abierta
mexicana está dominado por dos actores: el grupo Televisa que cuenta con tres
cadenas y 70% del mercado; y TV Azteca, propiedad de Grupo Salinas.
Las dos
principales cadenas públicas, Once TV y Canal 22, poseen menos del dos por
ciento de la audiencia nacional. México cuenta con 56 estaciones de radio y
televisión públicas, pero su número no es equivalente a su impacto.
México
también tiene un gran sector de prensa escrita. De acuerdo al Padrón Nacional
de Medios Impresos hay 1,168 publicaciones impresas en todo el país. Sin
embargo, la mayor parte de sus lectores se encuentra en la Ciudad de México,
donde se publican los cinco periódicos más influyentes del país.
La falta de
transparencia impide tener un conocimiento preciso de los datos de circulación,
y se cree que muchas publicaciones ofrecen cifras de circulación infladas e
irreales. El acceso a Internet en México ha ido creciendo rápidamente, pero
para la mayoría de la población aún no le es tan asequible, sobre todo en las
zonas rurales.
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