viernes, 9 de septiembre de 2011

Pablo Milanés, ¡el fastidioso!

Juan Balboa


La Habana, Cuba.-Hace poco más de un año, Suylén, Lynn y Haydé interpretaban glamorosas los mayores éxitos de su padre, el cantautor Pablo Milanés, fundador junto con Silvio Rodríguez de la Nueva Trova Cubana y figuras claves del Nuevo Canto en la América Latina.

En el habanero Teatro Mella, ubicado en la zona de Vedado, las primeras tres hijas de Milanés irradiaban felicidad pero no era plena pues consideraban que al autor de “Yolanda” no se le había hecho un “gran homenaje” por todo lo aportado a la música y a la Revolución cubana.

Suylén, Lynn y Haydé, acompañadas del trovador Raúl Torres, participaron, en marzo del 2010, en un mini homenaje a Pablo Milanés organizado por la Casa de la Cultura del municipio Plaza de la Revolución, de La Habana.

Ningún alto funcionario del gobierno asistió. En las butacas del Teatro “Mella” sólo había familiares, amigos y admiradores del músico nacido en Bayamo, de la provincia cubana de Granma.

“Estamos felices de cantar las canciones con las que crecimos. Cantarle a un gran músico que merece un gran homenaje”, expresaba triste Lynn Milanés, una de las dos hijas dedicadas al canto, mientras pedía a los presentes un gran aplauso para su padre que se encontraba en esos momentos en una gira por España.

Lo que Suylén Lynn y Haydé no sabían es que unas declaraciones hechas, diez días antes, por el fundador de la Nueva Trova Cubana a la prensa española habían provocado irritación en más de un funcionario a cargo de organismos culturales de la isla.

Ahí nació el Pablo Milanés irreverente, fastidioso, irritante…

En pocas palabras, Pablo Milanés se había convertido en un “Revolucionario incómodo”, a decir de Enrique Rodríguez, uno de los asistentes al homenaje en el “Mella”.

El 13 de marzo de 2010, en una gira por Valladolid, España, Pablo Milanés aceptó una entrevista con el periódico español “El Mundo”.

Algunas de sus respuesta, tres en particular, molestaron a funcionarios de la cultura cubana. El gobierno de Raúl Castro simplemente guardó un silencio sepulcral.

A una pregunta sobre qué merece (Raúl) Castro si (Guillermo) Fariñas (un opositor que se encontraba en huelga de hambre) muere. Milanés respondió que era necesario condenarlo “desde el punto de vista humano”.

Esas cosas, agregó, no se hacen. “Las ideas se discuten y se combaten, no se encarcelan.”

Sobre lo que habían hecho los dirigentes con la Revolución, la respuesta fue más contundente e incómoda:

“Quedarse en el tiempo. Y la Historia debe avanzar con ideas y hombres nuevos. Se han convertido en reaccionarios de sus propias ideas. Por eso he dicho que hace falta otra revolución, porque tenemos manchitas. El sol enorme que nació en el 59 se ha ido llenando de manchas en la medida en que se va poniendo viejo.”

Las declaraciones cayeron como un balde de agua fría en el Ministerio de Cultura, el Instituto Cubano de la Música y en organismos promotores de la cultura como la Asociación Hermanos Saíz.

Para sorpresa de los propios cubanos, la respuesta a Pablo Milanés vino del portal oficial Cubadebate, una página en la red dedicada a la defensa del gobierno cubano y en donde se pueden leer artículos, reportajes o noticias contestatarias a las campañas mediáticas en contra de la isla.

“Me duele creer que a ese Pablo de Cuba lo hayan podido utilizar El Mundo cualquiera de los corifeos de la anti Cuba que a través de los años se mellaron los dientes contra la insobornable voluntad de un hombre.

“Me niego a creer que ese Pablo que sabe cuánto vale su nombre para una juventud que no se cansa de soñar y de luchar por un mundo mejor, se preste, en un momento de indudable peligro para la Patria cuyas glorias siempre cantó, a ser utilizado por nuestros enemigos.

“Me resisto a creer que un hombre que hizo crecer a Cuba con su canto y que creció con ella frente al mundo hasta deberle su actual estatura, se disminuya en la hora de los hornos”, escribió el 16 de marzo de 2010, tres días después de la entrevista, Carlos Rodríguez Almaguer, miembro de la Dirección Nacional de la Asociación Hermanos Saíz y presidente nacional del Movimiento Juvenil Martiano.

En el artículo intitulado “No ha sido fácil, Pablo, pero seguimos siendo”, el representante de la Asociación Hermanos Saíz le recuerda al autor de “El breve espacio” que la juventud cubana nunca flaqueó ante algún obstáculo que creían difícil o por alguna injusticia de la que eran objeto, producto de las relaciones humanas naturalmente contradictorias.

Siempre, agrega, “nos reconfortaba escuchar a esa voz tan clara y entrañable” que cantaba: “No vivo en una sociedad perfecta / yo pido que no se le dé ese nombre, / si alguna cosa me hace sentir ésta / es porque la hacen mujeres y hombres”.

Y ahora, remata, en el aire mefítico de la prensa europea, lo “hacen aparecer haciendo cabriolas políticas” para decir a la vez “que sí” pero “que no”, o tal vez sólo “sí”, o tal vez sólo “no”.

No era la primera vez que el trovador Pablo Milanés hace declaraciones críticas e incómodas.

En una entrevista con otro periódico español, El Público, realizada el 29 de diciembre de 2008 en Madrid, Milanés dijo no confiar en ningún dirigente cubano que tenga más de 75 años, porque todos, puntualizó, pasaron sus momentos de gloria, que fueron muchos, pero que ya están listos para ser retirados.

En abril del año pasado, artistas e intelectuales asistieron a la Tribuna Antimperialista en La Habana para participar en un concierto organizada en “defensa de la Patria” y en rechazo a la campaña mediática que mantiene el gobierno de Estados Unidos y la Unión Europea en contra de Cuba, según los organizadores.

El concierto inició con las palabras de una de las figuras emblemática del movimiento de la Nueva Trova, Silvio Rodríguez, de 64 años. La otra gran figura del movimiento de la Nueva Trova de la isla nunca apareció, es un cubano incómodo para muchos, su nombre: Pablo Milanés.

 La historia se repite

En la última semana de agosto de 2011, Pablo Milanés volvió abrir fuego con sus críticas a la situación política en la isla y expresa sus diferencias con los hombres que tienen el poder en la Mayor de las Antillas.

En una carta abierta  a Edmundo García de “Un Verdadero Revolucionario de Medio Siglo”, Milanés pedía que su escrito no fuera censurado y se respetará “mis derechos de responder revolucionariamente como ciudadano del mundo y de la Cuba que merece una mejor realidad y destino”.

Escribía en el largo texto:

“…A mi regreso a La Habana y en concordancia con el párrafo anterior, le digo por este medio a la intelectualidad cubana, a los artistas, a los músicos y a los altos cargos del Estado, que no me susurren más al oído: “estoy de acuerdo contigo pero… ¡imagínate!”.

“Yo no estoy arrepentido de incinerarme sólo en mi actitud, pero es triste y vergonzoso que haya un silencio cómplice tan funesto como tu manifestación, Edmundo. Estas dos conductas, una en Miami y otra en La Habana, increíblemente al final convergen en su propia contradicción.

“Sobre la intelectualidad miamense que comentas que me ha apoyado en sus artículos, te diré que no tengo absolutamente ningún miedo ni prejuicio en recibir una frase amable y receptiva. No soy su compañero de viaje, pero Edmundo, me gusta sumar mientras que a ti te gusta dividir porque de eso vives, para eso estás en esta ciudad”

Seguidamente, el autor de “El breve espacio en que no estás” y “Amo esta isla” asegura que sus 53 años de militancia revolucionaria le otorga el derecho,” que muy pocos ejercen en Cuba”, de manifestarse con la libertad que requieren sus principios.

Agrega en la carta redactada en Estados Unidos en donde realiza una gira por varias ciudades:”No tengo ningún compromiso a muerte con los dirigentes cubanos a los que he admirado y respetado, pero no son Dioses, ni yo soy fanático, y cuando siento que puedo hacer un reproche y decir no, lo digo, sin miedo y sin reservas”.

Milanés remata así en la carta a Edmundo García, periodista, locutor y animador cubano residente en Miami.

“Solamente te exijo una cosa: saca mi nombre definitivamente de tu boca irrespetuosa y falsa, son demasiados los méritos que me ha otorgado el pueblo para que un desalmado como tú los manche con sus sucias palabras”.

Silvio Rodríguez no tardo en responder –no de forma directa sino como respuesta a un correo de un estudiante- y hacer público la historia de diferencias, alejamientos y rencores que tiene con Pablo Milanés desde hace 20 años.

El autor de “La era está pariendo un corazón” reacciono el 5 de septiembre pasado.

“Bajo es decirle cobarde a Cintio Vitier, a Alicia Alonso, a Leo Bouwer, a Chucho Valdés y a los muchos artistas e intelectuales cubanos que viendo que en Miami se decía “Ahora Irak, después Cuba”, cerraron filas con su país amenazado.

“Bajo es pintarse inmaculado ante los que te desprecian y convertirse en chota de tus compañeros de toda la vida.
Bajo es llegar a Miami y para solucionar un problema empresarial armar un show mediático contra tu país y venderle el alma al diablo.

“Bajo y cobarde es no mencionar en el cubil de los que pagan atentados contra Cuba la inmoralidad del juicio amañado a nuestros Cinco Héroes (se refiere a cinco cubanos presos en Estados Unidos acusados de espiar para Cuba).

“Bajo es santificar a unas señoras que hasta ayer decían que no eran políticas, que sólo eran familiares de sus seres queridos presos y que ahora, después de verlos libres, siguen recibiendo dinero de connotados terroristas y yendo a la embajada yanqui a buscar recursos e instrucciones”.

En otro correo respondiendo dudas del estudiante puertorriqueño en Nueva York, Manuel R, el hombre que compuso “El unicornio azúl”, desentierra lo que hasta ahora eran rumores o informaciones no confirmadas de sus diferencias irreconciliables con el autor de “Yo me quedo”.

Desde el inicio de su respuesta al estudiante puertorriqueño, Silvio Rodríguez habla sin tapujo de sus discrepancias con Pablo Milanés.

“Pablo y yo hace algo más de 20 años que no nos vemos. Tampoco nos hemos hablado ni por teléfono.

“O sea que el Pablo que conozco tiene casi un cuarto de siglo de retraso. Aún sin estar cerca, en este tiempo sin relacionarnos directamente, ambos hemos mantenido una actitud respetuosa respecto al otro.

“Nos conocimos en 1967 y dejamos de vernos y de hacer proyectos juntos a fines de los 80s. Mientras duró, nuestra amistad rebasó lo que pudiera ser una simple colaboración. Fuimos testigos de muchos eventos personales de ambos. Y también colectivos.

“Vimos nacer a nuestros primeros hijos (se refiere a Suylén y Lynn, hijas de Pablo) fraguarse y deshacerse amores, proyectos, sueños de diferente linaje. Hay zonas del Pablo actual que son nuevas para mí y hay otras que me son muy conocidas”.

Reconoce que Pablo está convencido de “estar a la altura de lo que cree de sí mismo”

Y resume su postura frente al que fuera uno de sus mejores amigos.

Muchos ataques a Pablo, asegura, no los he puesto aquí en el blog. “Por mi parte nunca ―jamás― he permitido que en mi presencia nadie hable mal de Pablo”.

Y recuerda que cuando lo despidieron del ICR (Instituto Cubano de Radiodifusión) en 1968, también fue por defenderle. Y por principios ―míos― lo sigo haciendo, aún cuando Pablo me incluya a mí entre los “despreciables” que seguimos defendiendo la Revolución, y los que firmamos la carta que él entendió a su manera (y todos los que la firmamos entendimos de otra, o sea un momento en el que había que cerrar filas con la defensa de Cuba).

Silvio dice coincidir con Pablo en muchos de sus juicios críticos sobre la realidad cubana.

Lo que escandaliza, continúa, a algunos no es el contenido de sus críticas sino la forma, que además de burda parece desamorada, sin el más mínimo compromiso afectivo.

“Otra cosa que duele es que haya manifestado esas críticas en Miami, a unos días de un concierto que, por más propaganda que hacían, no se llenaba. Y para colmo que las hiciera a medios que tildan de héroes a terroristas que han derribado aviones civiles, medios cuyos dueños han pagado actos de violencia contra Cuba.

Y le pone más leña al fuego al concluir afirmando que en las Revoluciones, “si son verdaderas (como creo que es la cubana)”, nadie es imprescindible, al menos para siempre.

Desde Estados Unidos, Pablo Milanés respondió el pasado 7 de septiembre. Dos líneas de su texto nos indican que la guerra entre Silvio Rodríguez y Pablo Milanés será larga y llena de obuses.

“No perdonaré la doble traición que acaba de efectuar públicamente Silvio Rodríguez”. CVV

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