Los años no
parte el corazón ni desaparece el alma; la edad no es sinónimo de muerte.
Al
contrario. Mientras más años y más edad la sabiduría brota como manantial; nos
da visión de un futuro que podemos lograr pero nunca lo intentamos; fortalece
nuestro espíritu ante las tempestades del desamor o del cariño que siempre
tenemos pero nunca lo vemos; hace visible los errores de la vida personal, familiar
o de alguien a quién le tienes afecto; te nace un caparazón para aguantar a los
políticos con sus mentiras, sus sueños de riquezas y sus realidades sexuales; y,
sobre todo, nos hace caminar por los verdaderos senderos del planeta azul.
Los años no
tienen la culpa, el verdadero culpable es la persona que sólo busca en los años
al asesino serial de sus múltiples errores.
¡Que el 2015
no sea un pretexto para no reconocer tus errores!
Los años no
parte el corazón ni desaparece el alma; la edad no es sinónimo de muerte.
Al
contrario. Mientras más años y más edad la sabiduría brota como manantial; nos
da visión de un futuro que podemos lograr pero nunca lo intentamos; fortalece
nuestro espíritu ante las tempestades del desamor o del cariño que siempre
tenemos pero nunca lo vemos; hace visible los errores de la vida personal, familiar
o de alguien a quién le tienes afecto; te nace un caparazón para aguantar a los
políticos con sus mentiras, sus sueños de riquezas y sus realidades sexuales; y,
sobre todo, nos hace caminar por los verdaderos senderos del planeta azul.
Los años no
tienen la culpa, el verdadero culpable es la persona que sólo busca en los años
al asesino serial de sus múltiples errores.
¡Que el 2015
no sea un pretexto para no reconocer tus errores!
Abrazos a mi
familia, amigos y conocidos.
Juan Balboa